CIENCIA ANTI FAKE NEWS: ENTREVISTAMOS A AYELÉN MILILLO

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A raíz de la circulación de distintas fake news sobre el dióxido de cloro, los efectos adversos de la vacuna contra el Covid y el desarrollo del suero equino, desde el Sistema de Medios Públicos de Marcos Paz, a través de La Mañana Con Vos, dialogamos con Ayelén Milillo, integrante de Ciencia Anti Fake News, becaria postdoctoral del Conicet y docente de la Universidad Nacional de La Plata.

Milillo nos comentó que Ciencia Anti Fake News es un grupo de científicas y científicos del Conicet que desde su expertiz en distintas disciplinas buscan combatir la infodemia, es decir, la sobreabundancia de información respecto al Covid y dar a conocer los resultados a través de un lenguaje amigable para toda la comunidad. La fake news han circulado mediante cadenas de Whatsapp, publicaciones virales de Facebook e incluso en titulares alarmistas de los medios de comunicación tradicionales. En este marco, la becaria apuntó que el foco no debe estar en quienes consumen dichos contenidos sino en aquellos que tienen la posibilidad y la responsabilidad ética de detener la información falsa para evitar mayores consecuencias en un contexto tan atípico como lo es la pandemia. Para conocer los hallazgos y mantenerte actualizado, podés visitar @anti_fakenews

Una de las fake news con más repercusión en nuestro país, a partir del episodio de una famosa conductora, fue la de las propiedades «preventivas» y «curativas» del dióxido de cloro. Es un contenido que surgió en Europa hace varios años y que se viralizó aún más con la pandemia como «solución mineral milagrosa». No obstante, es una sustancia química oxidante que produce intoxicación e incluso la muerte. Esta noticia falsa ya ha sido desmentida en marzo por el grupo de Ciencia Anti Fake News y volvió a resurgir con los hechos acontecidos en el sanatorio Otamendi, donde un juez solicitó la aplicación indovenosa de un paciente con Covid positivo cuando el químico no está autorizado para su uso terapéutico por ningún organismo. Milillo nos explicó que el dióxido de cloro es una sustancia tóxica que funciona como desinfectante y que al ser oxidante, en caso de ingerirse y según su proporción, produce náuseas, vómitos y rompe las células. «No hay que tomarlo», enfatizó la becaria y agregó que quienes trabajan desde la ciencia y particularmente desde las ciencias de la salud «tiene una responsabilidad muy grande» en comunicar de manera asertiva este tipo de situaciones.

Acerca de la campaña mediática contra la vacuna Sputnik V y sus efectos adversos, Milillo aclaró que una vez aplicada, según lo dispuso el Ministerio de Salud, se recolecta información sobre las personas voluntarias a través de un software o del teléfono para que cuenten qué pasó durante las primeras 48 hs. «Todo por ahora se está observando dentro de lo esperable», afirmó la becaria y eso incluye fiebre leve, dolor en el brazo, dolor de cabeza y enrojecimiento, al igual que todas las vacunas. Milillo también nos indicó que se discrimina entre los efectos adversos del acto de vacunación, como podría ser un desmayo, de los efectos adversos de la vacuna en sí. Nos explicó que la vacuna es producto biológico más seguro que existe porque es para personas sanas y con un fin preventivo, y está aprobada por el ANMAT. «No hay que tener miedo», afirmó y agregó que «el riesgo es muy bajo» en relación al beneficio que traerá. En este sentido, la becaria insistió en que lo importante es generar una comunicación certera para generar tranquilidad ya que «la vacunación es un acto colectivo y solidario».

Por último, sobre el suero equino generado en nuestro país, en articulación con el Conicet, el instituto Malbrán y el instituto Leloir. El suero equino es una terapia complementaria contra el Covid-19, aprobado por el ANMAT y con reciente distribución. Milillo nos explicó que funciona de manera similar al tratamiento de plasma de convalecientes, donde se transfieren defensas generadas en otros organismos a las personas que están enfermas. En el caso del suero equino, la ventaja que presenta es que no daña a los caballos y por el tamaño, se pueden producir muchos anticuerpos a gran escala, lo que permite ayudar a muchas personas más. Su aplicación, al igual que las vacunas, será con consentimiento informado y el Ministerio de Salud evaluará a los pacientes.