Durante la pandemia, las canchas de césped sintético, conocidas como de fútbol cinco, han estado afrontando múltiples dificultades; entre ellas, la apertura sin los permisos correspondientes, exponiéndose a posibles multas. Al respecto, desde el Sistema de Medios Públicos de Marcos Paz, dialogamos con Mauro Chávez, representante de las canchas en el Gran Buenos Aires, quien afirmó que «la situación es delicadísima, por no decir terrible».
Durante los 200 días de inactividad ningún complejo abrió sus puertas, motivo que produjo una compleja situación económica que incluye deudas, refacciones no planificadas y el sostenimiento de los espacios sin ningún tipo de ingreso, nos comentó Chávez. No obstante, al momento de flexibilizarse las salidas recreativas en espacios públicos, la gente comenzó a jugar en dichos espacios y a reclamar la apertura de los espacios privados que frecuentaban. Esto, según Chávez, es una evidencia de la importancia del deporte en lo que respecta a la salud física y mental para el conjunto de la sociedad.
El entrevistado hizo hincapié en dejar de estigmatizar la actividad de fútbol 5, ya que «el nivel de contagio es casi nulo» por tratarse de una actividad al aire libre, con un límite de personas y, protocolos rigurosos para el ingreso y el egreso de las canchas. Asimismo, no se permitiría la venta de bebidas, ni las reuniones después de los partidos, tampoco se habilitarían los vestuarios, al igual que los protocolos de los Deportes Individuales. Chávez tiene esperanzas ya que los municipios de Quilmes, Berazategui y Florencio Varela ya han aprobado el protocolo mencionado y entiende que el resto de los intendentes del Gran Buenos Aires «están tratando de dejarnos trabajar». En este marco, aunque hay autorizaciones que aún no son oficiales, Chávez afirmó que abrirán sus puertas y respecto a las posibles multas, «estamos atemorizados y también respetamos a los municipios donde trabajamos», no obstante, apeló al entendimiento de la situación paupérrima del sector.
