El último informe del colectivo feminista Mumala, realizado a partir de datos obtenidos de los medios gráficos y digitales, arrojó que en Argentina ocurre 1 femicidio cada 32 hs. El 2020 se llevó 329 muertes violentas de mujeres y disidencias, de las cuales 270 son femicidios directos. Además, a nivel nacional los datos muestran que hubo 278 intentos de femicidios y de los casos registrados, aún hay 34 muertes en investigación. A través de La Mañana Con Vos, desde el Sistema de Medios Públicos de Marcos Paz dialogamos con Analía Kelly, referenta de Mujeres de la Matria Latinoamericana (Mumala) por la provincia de Buenos Aires, sobre el registro nacional de femicidios. «Las cifras continúan siendo alarmantes», indicó Kelly.
Ya que los datos son tomados de los medios gráficos y digitales de Argentina, Kelly nos adelantó que la idea es mejorar la herramienta de medición ya que «no son estadísticas oficiales» sino que dependen de que esas cifras «lleguen a esos medios para que nosotras a partir de allí podamos registrarlas». En este marco, llamó la atención sobre la falta de perspectiva de género en los instrumentos oficiales de medición.
Sobre las situaciones de violencia de género durante el ASPO, Kelly apuntó que ha sido una gran problemática: «para quienes sufren violencia de género el hogar nunca es el lugar más seguro» y la situación sanitaria vino a hacer «más latentes» dichas situaciones. Asimismo, destacó que en el 40% de los femicidios, la víctima convivía con su agresor. Ese dato parece ubicar a la problemática en el ámbito privado, pero no es así, la violencia de género es de orden público, afirmó Kelly. Para ilustrar esto, trajo a colación el reciente caso de Florencia Romano, donde un vecino intervino con un llamado al 911, pero la Policía cortó, no acudió al lugar y se produjo una tragedia. Esto demuestra la falta de perspectiva de género desde distintos organismos gubernamentales, sin «un acompañamiento serio» que requieren las víctimas.
Kelly considera que los próximos puntos para empezar a trabajar de manera urgente y concreta son las consignas de Ni una menos. Las cuales no incluyen únicamente una partida presupuestaria extra sino garantizar un patrocinio jurídico gratuito y de calidad, la conformación de equipos interdisciplinarios, la construcción y mantenimiento de plazas y hogares, un sistema de becas y un programa específico en casos de violencia de género. Son todos proyectos que «aún no terminan de concretarse en la realidad». También agregó que son de suma importancia la ley Micaela y la ley de Educación Sexual Integral para que ciudadanos y ciudadanas «puedan establecer relaciones sanas entre pares».
Por último, Kelly finalizó con el reconocimiento a la lucha y al trabajo de los movimientos feministas y disidentes sobre la reciente aprobación de la ley de la IVE. «Nos quedará el ser veedoras de que la ley se cumpla y se implemente», finalizó.